Son más de 130 ciclistas, que luego de su jornada laboral, se concentran en la Plaza Baquerizo Moreno. Desde allí recorren en bicicleta varias calles de la cuidad. Van en grupo para protegerse del tráfico y de los robos
El parque del Malecón del Salado, en el centro de Guayaquil, además de ser un lugar turístico se convierte cada noche en el punto de encuentro de los amantes del ciclismo.
A las 20:30 se puede encontrar a un grupo de personas ataviadas con ropas deportivas que parquean sus vehículos y descargan sus bicicletas.
Grupo de ciclistas reccoriendo la Av. 9 de Octubre. Foto por Freddy Zeas
Jimmy Martillo, líder del grupo "Ciclismo de la Calle" los espera para darles las primeras indicaciones. Un casco cubre su cabeza y unos guantes sus manos. Él aconseja a quienes van llegando que, antes de subirse a una bicicleta, lo principal es tener esos implementos, suficiente agua y las ganas de aventurar.
Después de casi media hora, el equipo está completo y los deportistas comienzan a alistarse. Unos revisan sus bicicletas, otros se colocan sus protecciones y accesorios personales para ciclear. Mientras ellos se preparan, Oswaldo Rosemberg de 26 años, quien lleva más de seis meses cicleando con el grupo, cuenta que más que un deporte, es su forma de vida.
En un ambiente agradable, lleno de compañerismo y vitalidad, por ahí se escucha a alguien que grita "estamos listos", por lo que Martillo les da breves instrucciones sobre la ruta, velocidad y puntos en donde se detendrán para hidratarse, verificar algún desperfecto y descansar para seguir el trayecto.
Ciclistas nocturnos de Guayaquil. Foto por Freddy Zeas
Dos ciclistas asumen la dirección del grupo, pero a pocos metros se abren y permiten el paso de dos líderes nuevos.
Todos los miembros del grupo pasan a encabezar el equipo en algún momento y todos deben seguir el ritmo para no quedarse rezagados. En total, recorren 46 kilómetros.
Kleber Armijos, de 28 años, quien tiene todo un anecdotario de "aventuras" vividas con los "Ciclistas de la Calle" cuenta parte de ellas.
"Desde que me uní al grupo, he disfrutado de buenos recorridos dentro y fuera de la ciudad. Hemos pedaleado hasta Pascuales, Nobol, Milagros, Yaguachi, Naranjal... Estas experiencias las recordaré por siempre".
Mafú, como se conoce al líder, por ejemplo, señaló que han cicleado bajo un torrencial aguacero, disfrazados por Halloween y hasta en pijamas. "No nos importa el clima: llueva, truene o relampaguee, pedaleamos por nuestra ciudad" dice.
Ciclistas calentando en el Malecón del Salado. Foto por Freddy Zeas
Para liberarse de las presiones laborales, Martillo practica ciclismo por las calles de la ciudad cinco veces por semana. "Es algo increíble, es una forma de sacar todo el estrés del trabajo, pero lo más lindo es la adrenalina".
Los fines de semanas estos aventureros cambian el asfalto de las calles por la tierra, el barro y el cemento de las carreteras, en los largos caminos que recorren. La próxima ruta será Guayaquil- Baños- El Puyo.
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