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sábado, 21 de septiembre de 2013

BISUTERÍA EN ARTE VEGETAL


Un complemento fundamental en el atuendo de una mujer que no se puede descuidar son los accesorios. Entre ellos, se encuentra una amplia gama de materiales y colores con los que se puede jugar para conseguir una excelente combinación. Sin embargo, en la actualidad cada vez con más fuerza hay un impulso a valorar y a difundir el arte y la mano de obra ecuatoriana. 

       Gargantilla de Tagua con plata, diseño de Patricia Morales. Fuente: Cortesía



La tagua es una planta endémica del país con la que se fabrican un sin número de artesanías desde hace algunos años. Es conocida a nivel mundial como el “marfil vegetal” puesto que al quitar la capa gruesa que la recubre queda una hermosa nuez de este color. A partir de esta fracción oriunda de la familia del coco, los artesanos crean extraordinarias joyas y accesorios que sin duda alguna dan ese toque especial a la vestimenta de cualquier ocasión. 

Patricia Morales, es una quiteña que descubrió las bondades de este material y decidió explotarlo desde su imaginación y creatividad, consiguiendo piezas con excelente presentación y calidad combinadas con aceites y tintes vegetales, básicamente, que a su vez complementa con plata, cuero, bambú, crin de caballo, entre otros. 

        Collar de Tagua con cuero, diseño de Patricia Morales. Fuente: Cortesía.

Ella comenta que aprender su composición fue básico para desarrollar las técnicas de labrar, pulir y decolorar cada pedazo de tagua. Con ello, surgen todos sus diseños que están a la vanguardia de la mujer actual y moderna que busca lucir bien y al mismo tiempo, apoyar el arte y la mano de obra ecuatoriana. 

“Las joyas de tagua vienen en diferentes colores y diseños, no obstante los tonos de esta temporada son los “muy vivos”, por ejemplo: fucsias, turquesas, verdes y naranjas; ya que ofrecen mucha luz al rostro y armonía a la vestimenta combinándolos de forma apropiada”.

Kathy Zambrano, impulsadora de la Fundación Pro-Pueblo, relata los resultados de esta iniciativa que surge en el año 1992. “La idea era crear oportunidades y plazas de trabajos a familias de escasos recursos que tienen habilidades manuales diversas en las costas del país. La organización ofrece talleres de aprendizaje, capacitaciones y en ocasiones también adquieren las máquinas para ofrecérselas a crédito, de esta formar pueden industrializar su arte. Ellos les compran las piezas terminadas a precios justos según el tiempo invertido en la labor para finalmente comercializarlo en otras regiones del país o a nivel internacional”, asegura.

 Collar color marfil, diseño de artesanos de Fundación Pro-Pueblo. Fuente: Cortesía.

Las joyas de tagua de estos artesanos están elaboradas en su color marfil natural, sus diseños son sencillos y delicados, ideales para aquellas mujeres que gustan de un look más discreto. 

“Yo soy un producto de la tagua y no ella de mí”, indica la diseñadora quiteña, quien trabaja con pasión cada uno de sus ejemplares. De ellos se podría considerar que son piezas únicas ya que por el proceso de coloración con los aceites y tintes vegetales, difícilmente se podrían conseguir dos réplicas exactamente iguales. 

Resaltar la belleza de la mujer desde una semilla 100% autóctona es una labor que no solo obedece al plano superficial de este enunciado; se trata de un reencuentro con la cultura y la identidad del país: es desengranar historias de familias enteras que buscan por medio de este arte subsistir y superarse; exaltar lo auténtico y enorgullecerse de ello. En la actualidad, una joya de tagua puede convertirse en el regalo perfecto o el accesorio ideal para el atuendo de ese gran evento o reunión especial.


Por: Diana Rada

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