En la ciudad de Guayaquil es muy común ver vendedores ambulantes de jugo de coco, sin embargo, hay uno que resuena en la memoria de muchos guayaquileños. Míster Máster Palma Chillambo, es el hombre detrás del jugo de coco. Tiene su negocio ubicado en la esquina de Chimborazo y Cuenca, recibe a todo el que lo visita con una sonrisa cordial y con música cristiana muy amena.
Míster emigró hace 35 años de San Lorenzo, Esmeraldas a Guayaquil donde empezó como albañil en el negocio de la construcción pero pronto se dio cuenta que no tenía futuro ya que el sueldo no cumplía sus expectativas. Salió de ese trabajo y compró un balde para recorrer las calles de Guayaquil vendiendo su jugo de coco. Recorrió desde la plaza del sur hasta la Comisión de Tránsito, lugar donde muchos choferes llegaban para pagar sus multas por lo que vio que la multitud de gente que ahí se agolpaba era su nicho, “deje de recorrer y puse un banquito, permanecí ahí hasta que pasó bastante tiempo y conseguí una carreta pequeña, por cosas de la vida, vino un delegado del municipio y se llevó mi carreta, pero para bien porque llegó a oídos del Alcalde y él examinó mi tiempo de trabajo y me dieron este kiosco, en el que llevo ya quince años” comparte.
Al ver a Míster, el trabajo duro se nota pero también la alegría. Usando camisa, sombrero y pantalón blanco, es un personaje difícil de olvidar. Su corbata naranja, roja y azul dan la chispa de color que combina con el buen trato que Don Míster le da a sus clientes, sin olvidar las gafas de marco blanco, que emanan un sabor guayaco a este hijo adoptado por la grandiosa perla. Al verlo tan solo unos minutos trabajar, se nota que no es sólo el señor del jugo del coco, se siente como comprarle jugo a tu amigo, comenta que el trato a los clientes es ante todo lo más importante “mi anhelo aquí es darle amor a los clientes, dar un buen servicio, dar calidad, atención, limpieza, respeto, eso hace a un comerciante, no es solo ganar dinero, hay que saber ganarlo”.
No hizo ningún préstamo para levantar el negocio, sino que este fue creciendo a partir de las ganancias que generaba. Ya son 26 años los que Míster lleva ejerciendo esta profesión con la cual ha sacado adelante a su familia donde es padre de 8 hijos. Junto a sus dos ayudantes, quienes son un vecino y su hijo menor, este hombre vende jugo de coco, cocadas, galletas de coco, chepitas, entre otros alimentos. Entre sus clientes más reconocidos podemos encontrar nombres como el Abg. Vanegas, los chicos de Vamos con todos, David Reinoso, Enner Valencia, Pancho de la Torre, Abg. Narváez, Andrés Roché, entre otros.
Su consejo hacia los trabajadores ambulantes y en general es “les daría un versículo bíblico que está en el evangelio de Josué 1:9 que dice: ¨mira que te mando a que te esfuerces, no temas, ni desmayes porque yo, Jehová, tu Dios, estaré contigo donde quiera que tú vayas¨ el trabajo es una bendición, cuando el hombre se esfuerza en el trabajo bueno, Dios del cielo lo está mirando y le abrirá sus puertas”. Como visión a futuro define que lo que quiere es “seguir prosperando, Dios no nos creó para vivir de miseria, por eso quiero seguir prosperando”.
Por: Jonathan Suàrez.
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