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viernes, 4 de octubre de 2013

Una profesión que se lleva en la sangre


La Clínica Veterinaria Guayaquil fue fundada en 1970 por el Dr. Sergio Bravo (+) y su esposa, la Dra. Patricia Icaza de Bravo. Aquí ofrecen clínica, cirugía, laboratorio, electrocardiograma, traumatología y peluquería para animales pequeños.


Todo empezó como un juego del destino “la vida y el destino me puso en frente del Dr. Sergio Bravo, que era el veterinario de mi perrita, nos conocimos, nos enamoramos, nos casamos y eso hizo que mi afición creciera, 40 años trabajamos juntos, él falleció hace 4 años pero junto a él procreamos dos hijos, el Dr. Javier Bravo y la Dra. Priscila Bravo, ambos médicos veterinarios” nos comenta.

Esta doctora egresada de la Universidad Agraria del Ecuador afirma que al iniciar esta profesión “siempre quise hacer cirugía menor en pequeños animales que son perros y gatos, sin embargo antes era un mito el hecho de que las mujeres estudien esto, ya que solo hacían laboratorio o se quedaban trabajando dentro de la universidad; cuando yo empecé a estudiar siempre fui con la meta de especializarme en cirugía menor, antes solo habían 4 clínicas, la gente se sorprendía pensando que una mujer podría manipular a un animal pero la ilusión más grande era verme como doctora curando perros y gatos, esto hizo que todo fuera más fácil y con tacos ejercía la profesión. 

Se iniciaron desde cero, en un local en Esmeraldas y 9 de octubre, sin préstamos pero trabajando mucho, no tenían equipos, trabajaban con sospecha clínica, viajaban a congresos donde aprendían acerca de nuevas tecnología e instalaciones para poder implementar en el país. Trabajar con dedicación, sin horario y con amor hacia las mascotas, es lo que marca la trayectoria de esta clínica. Ahora junto a ella, esta su hijo al mando de las clínicas, su hija en laboratorio y una nieta próxima a graduarse de médico veterinaria a finales de año. Afirma que a pesar de perder a su esposo hace 4 años, se sigue trabajando con mucho amor por “esto que formamos juntos”. 

Considera que lo principal dentro de su clínica es diagnosticar a los animales “hay que tomar seriamente esta profesión, no escatimamos en equipos de nuevas tecnologías para tener quirófanos modernos, con monitores, anestesiólogos como si fuera un quirófano humano, tenemos lujos que otras clínicas no tienen como entubación, incubadoras, radiografías, endoscopia o electrocardiograma, tratamos que nuestra profesión este a un nivel alto, para que no solo se trate bajo los síntomas sino diagnosticar, lo cual es nuestro mayor logro”.



La doctora Patricia es una mujer de empuje que siempre está tratando de avanzar con cosas nuevas, sobre todo para ser un ejemplo para sus hijos “para que no se queden, que vayan subiendo escalones, actualizándose siempre, mejorando los conocimientos tanto como las instalaciones. Antes había un parto de una perrita que empezaba 8 o 9 de la noche, yo me amanecía ayudándola, ahora es diferente, ahora todo está programado, hay ecografías, rayos x, si la perra está agotándose, si el perrito está en mala posición, podemos solucionar todo en quince minutos con una cesárea” afirma.


Uno de sus principales deseos es que se explore mucho más la medicina veterinaria en el país “me da pena que en los mundiales de medicina veterinaria preguntan por Ecuador y solo estábamos dos, antes mi esposo y yo, ahora solo soy yo o a veces con mi hijo, ahí es cuando se ve que tenemos que seguir avanzando en técnicas; es hermoso ver en otros lugares clínicas veterinarias de 12 pisos, con un piso para cada especialidad, mientras que aquí no es así, cuando la medicina veterinaria es tan amplia y no se la reconoce como algo grande que se tiene para explorar” explica.

Su siguiente paso es una clínica veterinaria móvil, ya que “a veces hay que esperar para poder atender a los pacientes porque la demanda es muy grande, aquí en nuestra matriz José Mascote y Padre Solano, por eso quiero descongestionar esta clínica abriendo otra en el sur, que es el sector donde no tenemos aún, actualmente tenemos dos más en el centro comercial La Piazza Ceibos y La Piazza Vía a Samborondón. Los equipos los tenemos en la principal, si usted lleva a su perrito a las otras sucursales y este necesita rayos x o un eco, pues lo traeremos con chofer al perrito a la principal, lo regresamos y se lo entregamos a usted con todos los análisis hechos. Nuestra meta es que ningún perro salga sin diagnosticar” comparte.

En cuanto al trato con los dueños de las mascotas, afirma que se aplica lo del dicho siembra para que coseches, “hemos tenido el caso de una familia con un perrito muy amado con 14 o más años de vida y se le presentó una insuficiencia renal, para la cual no hay curación, es un estado terminal por la edad, alimentación, entre otros factores y como no lo podemos salvar, los dueños se sienten mal porque no pudimos hacerlo pero pasan dos o tres meses y regresan con un nuevo perrito porque reconocen nuestra manera de trabajar, siembra para que coseches, hemos tratado de que nos conozcan, para que este negocio no tenga como la parte más importante el dinero sino el salvar animales" expone.

Médico veterinario es una profesión poco reconocida pero tan importante como cualquier otra de la rama médica. Los esposos Bravo son una pareja que creyó que había mucho más por hacer en esta rama y que concreto sus sueños que hoy benefician a muchos.


“Todo lo que uno inicia se debe hacer con metas, hay que tener responsabilidad, porque tocamos los sentimientos más nobles de un apersona que son el amor, hay que hacerlo con mesura, responsabilidad porque es una vida que tenemos que salvar”

Dra. Patricia de Bravo



Por: Jonathan Suarez.

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